miércoles, 9 de abril de 2008

El nunca más o lo de la "otra mejilla"


"Estoy convencido que muchas veces lo que genera los problemas son las posiciones irreales entre humanos, el discurso soñador del nunca más o de la otra mejilla, eso hace que algunos intenten pasarse de la raya pensando en que no habrá respuesta y a la larga es una mayor fuente de conflictos."


Una de las grandes confusiones en que nos encontramos, es cuando convergemos hacia la aplicación en nuestras vidas de los postulados del evangelio. La cura social a través de el, esta lejos de ser aplicada colectivamente.Vale decir: ninguna religión o posición política tienen el derecho a arrogarse la dirección del Estado en favor de sus postulados. El Estado somos todos, y ni las minorías ni las mayorías pueden abusarse recíprocamente.
De aquí que el nunca mas o lo de la "otra mejilla", son una cuestión absolutamente persona, y esto no se puede imponer ni por decretos ni por bulas.
El conflicto nace, cuando el hombre intenta imponer sus dogmas permanentemente, restando el espacio de existencia a quien no los comparte. El marxismo es totalitario, en virtud de que su existencia esta marcada por la colectivización permanente y ascendente de la sociedad, el evangelio de Jesucristo es esencialmente de paz y concordia, porque esta dirigido a afectar al individuo y su libre albedrío, lo contrario es anatema.


Claramente, la religión no debe mezclarse con la dirección del Estado, pero los directores de el pueden ser profesantes de una religión. Los izquierdistas, pueden dirigir el Estado, pero nunca intentar circunscribir el estado al modo colectivo de vida que ellos propugnan, esta es la razón principal del conflicto...
Una vez que se allegan al poder, arrastrados por su dogmatismo, no pueden detenerse hasta alcanzar la totalidad del poder, su historicismo por consecuencia, da lugar al avance totalitario, dejando en el camino ,como víctimas, a todos aquellos que se oponen o no comparten la "histórica forma de vida".
El dialogo de base con izquierdistas se torna intracendente cuando llegada la hora de las decisiones que afectan a la sociedad en general, se imponen sus teorías.
Hoy, salta a la vista, que las acciones de los agentes directores del Estado, están en total contradicción con lo que la ciudadania en general espera de ellos. Violencia política, robos, colusión con poderes fácticos y oligarcas, acuerdos conciliatorios para ocultar los malos manejos, prevaricadores funcionarios del Estado, iniquidad, extrema pobreza, privación de las libertades, injusticia fatídica y revanchista, como la que se aplica a nuestros soldados y carabineros, son algunos de los ejemplos que demuestran que el izquierdismo no administra el Estado en beneficio de la sociedad, sino que solamente para el beneficio de "su causa".

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